domingo, 10 de mayo de 1998

EL PERIFERICO DE OBJETOS MATARA UNA EN CADA FUNCION ¿Primero el teatro o la gallina?

l La obra se llama Zooedipous y aquí se verá en junio. Antes será estrenada en Bruselas. Está basada en la tragedia de Edipo. Los actores no quieren anticiparse a las reacciones del público.

IVANA COSTA

Para que la noche los vea brillar, los teatros deben ser, de día, sitios oscuros y acechantes. Por eso, durante los ensayos de Zooedipous, próximo espectáculo de El Periférico de Objetos inspirado en el personaje trágico Edipo, el escenario de Babilonia se preserva del sol que inunda el Abasto.Allí prepara el grupo una obra que sin duda levantará polémicas. Es que matar gallinas en el escenario, tal como está previsto (a una por función), puede erizar la piel a más de un espectador, incluso independientemente del contenido del espectáculo. No será la primera vez que animales vivos sean utilizados en experiencias teatrales , y cada vez hubo distintas reacciones sociales al respecto. Mucho más cuando, como en este caso, el animal vivo deje de estarlo durante el curso de la obra.Sigue el ensayo. Hay en el teatro cables que cruzan peligrosamente y de punta a punta la platea (ese espacio todavía no le pertenece al público). Las voces y una melodía de Schumann se expanden entre tinieblas. Una mosca gigante se proyecta en el fondo de la escena. Un actor parece comer insectos. La tensión se hace más densa. Y estalla contra el piso cuando cae el cuerpo de un animal degollado. Fin del ensayo.Esta vez, la bestia sacrificada es un bicho de plástico flexible. Pero el simulacro no llega a disipar la impresión que causa entre los presentes el ser testigos del tránsito súbito y violento de la vida a la muerte. A

penas termina la pasada, antes de quitarse la ropa gris y ponerse los zapatos, los actores están discutiendo quién comprará la gallina, dónde se conseguirá la cantidad necesaria a buen precio, y cómo guardarán al animal hasta que llegue el momento de su redención en escena.Hay algunas cuestiones prácticas a resolver antes de que El Periférico de Objetos, quizás el más prestigioso de los grupos argentinos de teatro independiente, emprenda su viaje a Bruselas, especialmente invitado al Kunsten Festival des Arts, para el estreno internacional de Zooedipous.Allí, el grupo fundado por Daniel Veronese, Ana Alvarado y Emilio García Whebi también ofrecerá cuatro funciones de Máquina Hamlet, la obra de Heiner Müller que ya lleva cuatro años a sala llena en la cartelera off porteña, y que -a través de siete giras- les dio un singular reconocimiento internacional.Después viajarán con Máquina Hamlet a París (harán temporada internacional en el Teatro de la Bastilla y en una sala de Estrasburgo). Y recién a finales de junio, de vuelta en Buenos Aires, mostrarán a los porteños su última criatura edípica.

No parecen preocupados por anticiparse a las reacciones del público europeo, de las organizaciones de defensa del animal que allí abundan o de los organizadores del festival que los invita y coproduce Zooedipous. Emilio García Whebi (por la tarde trabaja en el grupo de titiriteros del San Martín, y por las noches será el encargado de pegarle el tirón al cogote de la gallina) explica: En Bruselas saben cómo viene la mano en Zooedipous. Se los faxeamos y no obtuvimos respuesta negativa. Este es el espectáculo que llevamos y allá veremos.Es parte de la dinámica grupal, cuenta Ana Alvarado, eso de buscar un clásico y volverlo periférico. En este caso, del antiguo mito y del posterior texto de Sófocles sólo quedan algunos guiños (los pies hinchados que están en la etimología del nombre del personaje y la alusión a cierta condena sexual que sufre Edipo por culpas ancestrales).

Tampoco hay concesiones a lo que se supone que son las fórmulas clásicas de representar tragedia griega: Habíamos comprado diez muñecos para hacer el coro griego, pero los eliminamos porque no cumplían ninguna función dramática, cuenta García Whebi.En realidad, la trágica historia de Edipo funcionó como estímulo por su género dramático, por su analogía con la perversidad de la célula social (tema siempre presente en los trabajos del grupo) y por la radicalidad de su infortunio.Por un lado, dice Veronese, había una necesidad de abordar un género distinto. Pero necesitábamos ideas formales que sirvieran como guía de unas cuantas ideas propias, ideas de mesa. Siempre partimos de lecturas transversales para construir un espectáculo, y en el caso de Edipo estuvimos trabajando más de un año (leyeron a Deleuze y a Kafka por sugerencia del profesor de filosofía Tomás Abraham) buscando la forma de convertir la tragedia en un hecho teatral contemporáneo.Por otro lado, dice Alvarado, la muerte, que es un tema que nos viene rondando hace tiempo, está representada por excelencia en esta tragedia. Al matar al padre y acostarse con su madre, Edipo rompe con las reglas de la tribu y comienza un proceso de separación y animalización.Estas ideas de muerte y animalización inspiraron a El Periférico de Objetos el hecho teatral de mostrar en vivo la muerte de un animal. En todos nuestros espectáculos es central la idea de manipulación.

La experimentamos con actores, con muñecos y con otros objetos que sorprenden porque no fueron fabricados para ser manipulados de esa manera, a la vista de otros. Un día nos preguntamos ¿por qué no con animales? Creemos que es una forma de radicalizar esta idea: hay algo de herético, corrosivo e inesperado en presentar al ser vivo como un objeto manipulable más.En la práctica, no habrá gallina degollada hasta que el espectáculo llegue a ser estrenado. Y eso ocurrirá muy lejos de aquí. No habrá ensayo final del sacrificio. Solemos estrenar sin una última pasada -cuenta García Whebi-. En verdad, con ninguno de nuestros espectáculos sabíamos de antemano qué es lo que iba a pasar. Hay algo de inconciencia en esa forma de trabajo. No es despreocupación, sino la certeza de que lo nuestro también consiste en caminar sobre una cuerda floja.A fines de esta semana, parte a Europa la delegación periférica: Veronese, García Whebi, con Alejandro Tantanián, Román Lamas (también miembros orgánicos del grupo) y tres muñecos suecos construidos por el artista Arne H”egssander. Margarita Mantelo irá en reemplazo de Ana Alvarado. A la vuelta trabajarán en la retrospectiva con la que el grupo celebrará, en 1999, sus primeros diez años.


Fuente: Clarín

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