miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cumple 25 años un baluarte de la renovación

El Centro Cultural Rojas

Como festejo, habrá una amplia programación

Foto archivo: Sergio Pángaro cerrará el Ciclo Molotov, que comienza hoy, con Pablo Dacal y Voladores Trío

Por Alejandro Cruz
De la Redacción de LA NACION

En lo que va del actual período democrático, ninguna otra institución pública supo entender, contener y expandir a los artistas emergentes como lo hizo (y en cierta manera, lo sigue haciendo) el Centro Cultural Ricardo Rojas.

A fines de los ochenta y principios de los noventa, por allí pasaron todos los viejos peinados nuevos de la época que, desde la nada, comenzaron a romper las estructuras establecidas. Desordenadamente y sin intención cronológica alguna, se subieron al escenario Los Melli; el escritor César Aira daba una charla; el grupo Las Gambas al Ajillo hacía furor; la directora Vivi Tellas creaba un ciclo que tendía un puente entre los museos y la investigación escénica; Beatriz Sarlo y Ricardo Piglia reflexionaban sobre cultura y democracia (en esa mesa redonda, según cuentan, en 1984 nació el Rojas); la coreógrafa Adriana Barenstein fundaba una compañía de danza-teatro; tomaba impulso el ciclo Molotov, mientras Jorge Gumier Maier armaba la galería de arte. Claro que frente a cada una de estas experiencias había un público que, después de los años de dictadura, buscaba aire casi con desesperación. En retrospectiva, el Rojas fue eso: una maravillosa bocanada de aire fresco que supo sintetizar las necesidades de su tiempo.

En todo esto hay que reconocer que Leopoldo Sosa Pujato, el segundo director de este centro que depende de la Universidad de Buenos Aires, tuvo mucho que ver con haber detectado esa pulsión. Su gestión sirvió para sentar las bases del Rojas. Sobre esos cimientos, el edificio de la avenida Corrientes al 2000 dialogó con lo que sucedía en el ParaKultural, en Babilonia, en Ave Porco o con la Bienal de Arte Joven de la época alfonsinista.

Allí se generó el ciclo Género Chico, que impulsó a numerosos directores hoy reconocidos por el medio. Allí se presentó al grupo Caraja-ji (colectivo formado por gente como Rafael Spregelburd, Alejandro Tantanian y Javier Daulte, entre otros, cuando todos ellos eran jóvenes y poco conocidos). Allí el clown decía presente con El Clú del Claun (sic) y con los talleres de Cristina Moreia.

Como les sucedió al país y a la ciudad, también atravesó un período en las sombras, aunque, a lo largo de estos 25 años, nunca dejó de ser ámbito natural para las manifestaciones artísticas más experimentales. Tendiendo un puente con aquellos años de fiesta colectiva y este presente un tanto más difuso, a partir de hoy, y durante todo el mes, se programaron una serie de actividades que incluirá la presencia de los grupos Los Amados y Los Macocos, con espectáculos preparados para la ocasión; el retorno del Ciclo Molotov, con la participación de Sergio Pángaro, Adicta y Pablo Dacal, entre otros, y la vuelta al escenario del Rojas de gente tan ecléctica en sus búsquedas como el mismo Tantanian, la coreógrafa Brenda Angiel, Fernando Noy y Mosquito Sancineto (la programación completa, en www.rojas.uba.ar ).

Y se editará un libro que recorrerá los 25 años, habrá un espectáculo de stand-up y Carlos Casella y Gerardo Gandini presentarán dos obras. A todos ellos se les sumarán el diseñador Martín Churba, el compositor Martín Liut, la artista plástica Renata Shussheim, la periodista María Moreno y ?claro? la nostalgia, el recuerdo y la alegría de saber que el Rojas sigue existiendo más allá de todo.

Fuente: La Nación

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