viernes, 18 de septiembre de 2009

Dónde

Julio López

Fue secuestrado por la dictadura el 27 de octubre de 1976 y liberado dos años y medio después de cárcel, tortura y humillaciones. Declaró en el juicio contra sus verdugos. Y cuando estaba a punto de dar la palabra final contra Etchecolatz, fue nuevamente secuestrado, esta vez en democracia.

27 de octubre de 1976 - 18 de septiembre de 2006

Julio López, 76 años, está desaparecido desde el lunes 18 de septiembre de 2006. Su presencia era vital, ese día, en el alegato contra el ex comisario de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz –quien ofició en la práctica como el segundo del recordado Ramón Camps–, por homicidios, torturas y desapariciones cometidas durante la última dictadura (1976-1983).

En aquellas históricas jornadas del juicio a Miguel Etchecolatz, Julio López era uno de los tres querellantes, además de testigo crucial, junto a Nilda Eloy y a la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. Como los abogados no actuaban por poder (medida tomada para que ningún letrado hiciera algo fuera del deseo de su propio mandante) la presencia de los tres querellantes resultaba indispensable para poder llevar adelante el alegato acusatorio. Si alguno de los querellantes no asistía, el minucioso armado del alegato (dividido en seis partes) perdía sustancia, se desmoronaba.

Julio nunca llegó a la Sala. Cuando su hijo Gustavo pasó a buscarlo, no lo encontró en su casa. No había ningún rastro, ningún símbolo de violencia. Sus familiares comenzaron a desesperarse. Sin embargo, el juicio debía continuar.

Los abogados de distintas organizaciones de Derechos Humanos como Ceprodh, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Fidela, solicitaron que el Tribunal permitiese el alegato completo, pese a la ausencia, cosa a la que se accedió tras algunas dilaciones. Finalmente Miguel Etchecolatz fue condenado por genocidio por el Tribunal Oral número 1 integrado por los jueces Carlos Rozanski, Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo.

Sin embargo, nadie terminaba de entender qué había ocurrido con Julio López. Guadalupe Godoy, una de las abogadas, afirmó que "pensábamos que ante la carga emotiva" de revivir hechos del pasado "López podría haber sufrido una situación emocional".

Adriana Calvo, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, comentó pocos días después de la desaparición: "Queríamos pensar en un problema emocional, o miedo frente a que se acercaba la sentencia contra Etchecolatz, o que se perdiera. Pero no había ningún indicio en ese sentido. Al contrario. Se veía a Julio muy contento y orgulloso con su papel de querellante en el juicio. Pasan las horas, los días, y esa hipótesis se va perdiendo".

La importancia de su alegato. La participación de Julio López en el juicio como víctima y testigo resultó crucial. Relató ante el Tribunal su pasado como colaborador de la organización guerrillera Montoneros, contó cómo había sido secuestrado y torturado por el propio Miguel Etchecolatz, y relató también lo que ocurrió con Patricia Dell'Orto y su esposo Ambrosio De Marco en el Pozo de Arana (uno de los centros clandestinos de detención bonaerenses). Justificar a ambos lados
López explicó cómo los torturaron y además informó que Patricia fue violada. También describió que después la joven pidió clemencia a sus captores: "No me maten, quiero criar a mi nenita" y que finalmente la callaron a balazos, al igual que a De Marco y a otros detenidos.
Su testimonio fue fundamental porque dio por probados los homicidios.

Durante el desarrollo del juicio fueron comunes los mensajes mafiosos. "Hubo amenazas a Chicha Mariani, hubo llamados pasando conversaciones grabadas de reuniones, cartas con amenazas escritas con letras recortadas de los diarios. Una de esas cartas decía: Si lo condenan a Etchecolatz volamos la cueva montonera", explicó entonces Adriana Calvo.

Julio López fue en los '70, durante dos años y medio, un desaparecido, pero tuvo el extraño privilegio de sobrevivir para contarlo. Estuvo prisionero en el circuito clandestino de detención que funcionó en esos años en la ciudad de La Plata, durante la dictadura y cuando la policía era comandada por Ramón Camps y su secuaz, Miguel Etchecolatz.

El 18 de septiembre de 2006, López iba a terminar un capítulo de esa historia que comenzó cuando lo secuestraron, el 27 de octubre de 1976 y que a lo largo de 30 años tropezó con las distintas formas de impunidad. "Callate la boca y no digas nada", le dijeron cuando lo soltaron dos años y medio después, luego de haber soportado cuatro centros clandestinos de detención –el Pozo de Arana, la Unidad de Cuatrerismo, la Comisaría 5 de La Plata y la Comisaría 8, también de esa ciudad– hasta que lo "legalizaron" poniéndolo a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en una cárcel, de donde salió finalmente el 25 de junio de 1979.

El Juicio por la Verdad. La causa que lo tuvo como testigo desde las audiencias del llamado Juicio por la Verdad, tuvo numerosas idas y vueltas, por eso cuesta creer que en el momento crucial, López no estuviera allí para escuchar el fallo.

El Juicio por la Verdad es un proceso judicial que se desarrolla en la Cámara Federal de La Plata y que tiene cómo objetivo averiguar que pasó con los desaparecidos de la región durante la última dictadura-cívico militar y determinar quiénes fueron los responsables de los crímenes. Y surgió a raíz de una presentación de la APDH, realizada en abril de 1998.

En julio de 1999, en el marco de este Juicio, Julio López declaró ante la Cámara Federal de La Plata en el marco de la investigación por el paradero de Alicia Dell'Orto y Ambrosio De Marco, desaparecidos el 5 de noviembre de 1976 y vistos por ultima vez en el Pozo de Arana. En esa oportunidad, López contó que "a los chicos los mataron de un tiro en la cabeza. Yo lo vi por la mirilla de la puerta de mi celda y vi cuando caían". Además agregó que un momento antes de la ejecución, los guardias lo pusieron frente al matrimonio De Marco para que los reconociera, ya que ambos militaban en una unidad básica de su barrio. "Estaban atados a un poste y encapuchados. A la chica la habían violado. El (por Ambrosio) estaba atado y con la cabeza sangrando".

En esa jornada del Juicio a la verdad, también realizó por pedido de la APDH La Plata una inspección ocular a los lugares donde existieron "Cuatrerismo", de Arana; el Pozo de Arana, y la Comisaría 5ª. Durante el recorrido a esta última y a pesar de que en la actualidad el sitio está muy modificado, el testigo reconoció la escalera del patio por la que lo subían cuando lo iban a torturar.

"Me picaneaban al aire libre, en la terraza”, relató López ante la mirada del subcomisario a cargo de la comisaría.–¿Es decir que los gritos que usted profería los escuchaban los vecinos? –preguntó el juez Julio Reboredo.–Sí –respondió López.

Julio López desapareció el lunes 18 de septiembre de 2006. Era el día de los alegatos contra el ex comisario Miguel Etchecolatz, el represor que había comandado la patota que lo había secuestrado y torturado durante la dictadura. López era querellante en la causa y tenía que estar en la sala del Tribunal de La Plata que presidía el juez Carlos Rozanski a las 10. Pero no llegó, cuando su hijo pasó a buscarlo por su casa de Los Hornos no lo encontró.

El juicio contra Etchecolatz es histórico porque fue la primera vez que la justicia reconoció la existencia de un genocidio en su propio país.

Miguel Etchecolatz era Comisario General de la Policía en la provincia de Buenos Aires y supervisó 21 centros clandestinos de detención donde se practicaron cientos de torturas, violaciones y asesinatos. Se benfició por la impunidad consagrada en las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.

Fuente: Diagonales

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