sábado, 5 de septiembre de 2009

El hostel más caótico, ideológico y divertido

Un vitraux de múltiples mensajes

Medieval , de Gonzalo Marull. Dirección: Gonzalo Marull y Miguel Israilevich. Intérpretes: Florencia Bergallo, Nahuel Cano, Lola Lagos y Victoria Roland. Voz en off: Graciela Borges. Vestuario y escenografía: Julieta Ascar. Luces: Leandra Rodríguez. Dirección musical: Alfonso Barbieri. Asistente de dirección: Julieta Benedetto. Producción general: Paula Baró. Viernes, a la medianoche, en Elkafka, Lambaré 866. Duración: 60 minutos.

Nuestra opinión: Buena

Entrar a ese universo que esconde este oscuro hostel medieval, enclavado en las sierras cordobesas, es someterse a un calidoscopio de oposiciones y contradicciones. Allí hay imágenes que se contraponen, se chocan; personajes de aristas múltiples y, a la vez, arquetípicos o paradigmáticos; y situaciones y fuerzas de choque que adquieren hasta una sensación onírica, de locura.

No hay que entrar a este hostel para entender, sino para sentir, o mejor dicho, vivir. Gonzalo Marull articuló y desarticuló metáforas varias y entrelíneas múltiples en cuatro personajes que son artesanías únicas. Una recepcionista cordobesa devenida a falsa doncella medieval; un turista griego, tan idiota como ególatra; una azafata sindicalista; y un Klaus Kinski-Lope de Aguirre, desquiciado y tan ridículo como sádico.

La dramaturgia de Marull en Medieval es caótica, pero eso no importa. Lo interesante de ella es que provocará al espectador y no será indiferente. Cada uno armará sus piezas (o no), sacará sus conclusiones y dibujará sus propias hipótesis. Ese vitraux construido por mensajes ideológicos, sociales, políticos y hasta mundanos, tiene la forma de una caricatura y de un chiste que no es.

Junto con Miguel Israelevich, Marull dotó a la propuesta de un peso escénico que, a pesar del caos señalado, contiene una poética sólida, sostenida en buena medida por el solvente trabajo de los intérpretes.

Nahuel Cano, Florencia Bergallo, Lola Lagos y Victoria Roland transitan el espacio y las situaciones con las notas exactas en el pentagrama trazado por la dirección. Tienen un dominio pleno del humor con sutilezas y un trabajo físico intachable. El trabajo integral de Victoria Roland, como Kinski, es inolvidable.

Por su parte, sería injusto no destacar el aporte técnico de Julieta Ascar, en vestuario y escenografía; Leandra Rodríguez, en luces; y Alfonso Barbieri, en la musicalización.

Pablo Gorlero
Fuente. La Nación

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ERNESTO! GRACIAS POR LA DIFUSIÓN!


GONZALO

Teatro Independiente La Plata dijo...

SALUDOS, GONZALO, SEGUI VISITÁNDONOS!