viernes, 18 de septiembre de 2009

El preciso andamiaje roquero de Norma aterriza en el Favero

PooH Pooh Fest

El crecimiento de Norma en los últimos tiempos fue tal, que los llevó a traspasar la frontera de La Plata para transformarlos en referencia obligada de la movida porteña y en cita constante de los medios capitalinos.

Ese crecimiento les permitió llegar hasta el teatro Gran Rex y pisar Chile y Uruguay. Lejos de las grandes compañías discográficas, la banda de “rock dos tonos” basó su crecimiento en un trabajo constante, realizado desde la independencia. “Yo siento que un poco la historia nos apadrina bien, pero también que nosotros estamos trabajando muchísimo para que eso suceda”, comentó Sebastian “Chivas” Argüello, guitarrista y voz del grupo.

Este viernes, desde las 23, Norma llevará sus canciones a la Pooh Pooh Fest, que se desarrollará minutos antes de la medianoche en el Centro Cultural Favero (117 y 40) y en la que también participarán Negativo y Los Peyotes.

A horas del show Diagonales dialogó con Argüello y con Richard Baldoni (bajo) sobre el rock platense, Cromañón, proyectos y realidades.

–¿Cómo ven ustedes la escena musical local?

–S.A.: Hay mucho movimiento y está buenísimo. Estamos copando circuitos que antes eran imposibles. Es un buen momento de las bandas de La Plata pero hemos trabajado mucho para que eso ocurra.

–R.B.: Siempre hubo bandas buenas en la ciudad. Ahora está la autopista y entonces es como que los periodistas de Buenos Aires vienen más. Pero siempre hubo cosas buenísimas acá.

–¿Están trabajando en un nuevo disco?

–S.A.: Sí. Estamos por entrar al estudio de grabación para demear 5 o 6 canciones para un disco que pensamos sacar el año que viene.

–Tengo entendido que están inmersos en una nueva búsqueda…

–S.A.: Hay algunas letras que sí, algunas que no son tan directas o en realidad son como más ambiciosas, pretenciosas, de poesía. Pero también hay otras que son totalmente estúpidas como siempre.

–R.B.: Es como que se exagera un poco lo que hay. La poesía adopta un poco más de profundidad en algunos casos y la música también se complejiza y en otros temas la poesía se vuelve sintética -a lo que él se refiere con “estúpida”- y la música también. Entonces es como que los matices se exageran un poco.

–Mirando hacia atrás. ¿Cómo ven el segundo disco de Norma?

–S.A.: Quedó marcado como que ese disco era el más urgente para nosotros. Grabado en tres días, a full, todo rápido. Después se tardó mucho para la mezcla, salió medio atrasado el disco. Por suerte en la parte que me toca, que es la composición, tenemos como una cuenta pendiente para hacer otra cosa, una cosa nueva. Queremos superarlo.

–¿Tienen una posición tomada con respecto a Cromañón?

–R.B.: Alguien dijo que la futbolización del rock fue la muerte de Cromañón y un poco de eso hay. ¿Responsables? Somos todos. ¿Culpables? Muy difícil. El gobierno de la ciudad, los dueños del boliche, la persona que habilitó ese lugar para determinada cuestión, el pelotudo que prendió la bengala.

–S.A.: Es muy triste. Es una historia muy triste, una parte negra de la historia argentina. Yo creo que todavía no se tiene dimensión del hecho. Marca muchas cosas esa historia. Alguna vez dentro de algunos años vamos a poder medirla. Yo ahora me siento muy triste. Por la justicia, por lo que pasó, por los que no están, por más que hayan ido a escuchar a una banda que personalmente no le veo nada de atractivo. Pero la corrupción, la mentira, lleva a eso. Todo lleva a lo malo, y lo malo es esto. Por esas ansias de ganar más guita, por las ansias de un político de tener una pileta o un auto nuevo la terminan pagando 200 chicos. Es una historia muy, muy triste de la que estoy avergonzado.

Norma tiene el privilegio de ser una de las pocas bandas a nivel nacional que consigue movilizar al espectador. Nadie sale inmune a la energía que brota en el show, nadie puede dejar al menos de mover un pie al escuchar esas guitarras cortando el aire y la poderosa base que empuja la maquinaria sobre el esdenario.

Fuente. Diagonales

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