viernes, 25 de septiembre de 2009

“Estoy en un momento en el que no me importa nada, sólo disfrutar lo que hago”

Una producción de la fundación Julio Bocca

Eleonora Cassano llega al Teatro Argentino para repasar la historia del tango.

Eleonora Cassano no transita la vida en punta de pies. Lejos de conformarse con lo hecho o con aquello que le dio resultado, posee un espíritu indómito que la lleva a adentrarse en nuevos desafíos, a asumir riesgos. Ese atrevimiento artístico le permitió desarrollar una carrera tan variada como exitosa.

Esa versatilidad quedará expuesta hoy y mañana, desde las 21, en el Teatro Argentino de La Plata (51 entre 9 y 10), cuando llegue para presentar "Tango de burdel, salón y calle", espectáculo producido por la Fundación Julio Bocca y que la tiene como principal figura junto a Cecilia Figaredo.

“Es un espectáculo en el que se cuenta la historia del tango desde sus inicios, desde la llegada de los inmigrantes hasta arribar al tango electrónico. Creo que lo que ve la gente es un espectáculo distinto a lo que ofrecen los shows for export y nosotros estamos orgullosos de ello”, explicó la artista.

El espectáculo recorre la historia del tango desde sus orígenes, su paso por los burdeles, su época de gloria y la posterior decadencia, hasta su regreso triunfal en la Argentina y el mundo.
En diálogo con Diagonales, Eleonora Cassano repasó su carrera, analizó la actualidad del ballet argentino y del Teatro Colón; y se refirió a Tango de burdel, salón y calle.

–¿Cómo nació el espectáculo?

–El proyecto surgió de Lino Patalano, que vendió el espectáculo para unas funciones en Verona. Y después empezamos a trabajar en la idea. Elio Marchi se ocupó del guión, Ana María Stekelman de la coreografía y así fueron apareciendo distintas cosas hasta llegamos al resultado que van a ver ustedes. Por suerte la respuesta de la gente es unánime, se acerca y nos dice “que buen espectáculo”, yo también pienso que es un muy buen espectáculo.

–Es una artista muy versátil, ¿cree que la gente la tiene encasillada en lo clásico?

–Yo creo que la gente no me tiene muy encasillada, creo que hice muchas cosas distintas. Mi raíz es el clásico pero están acostumbrados a verme haciendo un poco de todo.

–¿Puede adelantar algo de lo que va a verse esta noche?

–No tengo historias, pero por ejemplo en la primera etapa que es la parte de la llegada de los inmigrantes, hago de una polaca que se enamora de un italiano, hay una pequeña pelea en la terminan matando a mi marido polaco y realizo una pequeña variación que es un lamento con respecto a la muerte de él y ahí pongo un poco la parte interpretativa. Después hago una escena en un burdel, que es con el tema “Danzarín” que es bellísimo, donde saco un poco de sensualidad y bailo con el bailarín uruguayo Ismael Arias; paso por un dúo que es “Valentino”, para terminar con un trío, que es el tango electrónico y lo hacemos con Ismael Arias y Cecilia Figaredo. Hacer todo esto en una sola noche, me permite disfrutar muchísimo.

–¿Cómo ve la actualidad del Teatro Colón y del ballet argentino?

–Si hablamos de lo que sucede en el Teatro Colón, es duro lo que están pasando, tienen que tener su espacio, volver a poder bailar en su escenario y espero que esto ocurra pronto. Lidia Segni está dirigiendo la compañía y es un persona a la que le tengo mucho cariño, sé la capacidad que tiene, trabajé con ella y dentro de las posibilidades que da el Teatro va a hacer las cosas muy bien, pero se que es muy difícil.

Y con respecto a los bailarines, los argentinos tenemos mucho talento, pero a veces el problema es que terminamos afuera del país.

–¿Qué lugar ocupa el ballet en su vida?

–Por suerte tengo la posibilidad de ir mostrando todo lo que me pasa en la vida en el escenario, creo que es lo más importante en un artista, el poder volcar sus vivencias y su vida arriba del escenario.

Bailar me permite, mostrar mi crecimiento y es en el lugar donde me siento más cómoda. Estoy en un buen momento y creo que pasa por una cuestión interna, que me siento plena, que disfruto todo lo que hago y eso, evidentemente, se percibe. Estoy en un momento en el que no me importa nada, lo único que me interesa es disfrutar cuando estoy arriba del escenario y lo hago.

Fuente: diagonales

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