miércoles, 2 de septiembre de 2009

Intercambio de talentos









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falkrichter

TEATRO: 9º FESTIVAL DE DRAMATURGIA EUROPEA

Se desarrolla en Buenos Aires y Santiago de Chile el encuentro entre autores europeos y jóvenes directores locales.

Casi en simultáneo, la Argentina y Chile comparten el intercambio entre jóvenes directores locales y nuevos autores europeos. Se trata de espectáculos en formato semimontado, lecturas dramatizadas y sesiones de trabajo. En Santiago, por estos días, se desarrolla la novena edición del festival de Dramaturgia Europea Contemporánea, uno de los eventos teatrales más prestigiosos del país junto al Santiago a Mil y la muestra nacional de dramaturgia. Mientras que en Buenos Aires, existe un ciclo de similares características hasta fines de septiembre.

En este corredor de textos hay autores alemanes, franceses, italianos, suizos, austríacos, españoles y croatas. Varias obras que se vieron en formato semimontado, en las sucesivas ediciones del ciclo tanto en Santiago como en Buenos Aires, luego fueron estrenadas incluso en teatros oficiales. Entre los directores argentinos, participan Carolina Balbi, Agustina Muñoz y Analía Fedra García. De Chile, algunos de ellos son Luis Barrales, Ana Harcha y Luis Ureta. Miradas sumamente distintas entre sí.

Si en algo coincide la experiencia chilena y argentina es que el ciclo conjuga, en los países anfitriones, un abanico de directores que son también autores y actores. Mientras que del lado europeo existe la fuerte presencia del autor, que muchas veces funciona como figura autónoma sin contacto con la puesta en escena. Este cruce, en Santiago, produjo algunas discusiones sobre la vitalidad del texto europeo y su diálogo con la escena latinoamericana ó chilena. A veces sucede, no sólo con obras europeas, que la puesta está muy por encima del texto en cuestión.

La iniciativa de este intercambio fue gestada en Chile a mediados de 2001 por Harmut Becher, director entonces del Goethe Institut de Santiago; hoy a cargo de la institución en Buenos Aires. De este modo se montó por primera vez en sudamérica a René Pollesch, Armin Petras o Falk Richter. Este año, entre los invitados, participan Anne Habermehl (Alemania), con El último territorio; y el suizo Jens Nielsen, con Idilio final. En Chile, la obra de Habermehl tuvo una destacada puesta de Luis Barrales.

La características del semimontado -en teoría, se propone que no sea un espectáculo acabado sino que muestre las costuras del proceso de ensayos- varían según cada abordaje. Generalmente, los elencos trabajan un mes, quizás dos. Y aunque un proceso inverso no está contemplado -autores latinoamericanos según la mirada de directores europeos- el ciclo despliega un sólido panorama de los jóvenes creadores de cada país.

En Santiago las funciones tienen gran afluencia de público y son gratuitas. Incluso se involucran otras regiones además de la capital. Luego de cada espectáculo se lleva a cargo una charla entre los espectadores, el director y el autor del texto. Estas instancias, coordinadas en Santiago por Javier Ibacache, resultan sumamente enriquecedoras.

Uno de los aspectos pendientes es la inclusión, en un plano destacado, de una figura clave entre el autor y la puesta en escena: el traductor. En el charla entre el público, Anne Hubermehl y Luis Barrales, la traductora Monika Von Moldovanyi brindó algunas pistas de la estructura y las características del texto en su lengua original. Cuestiones que enriquecen este abordaje a las poéticas de los autores europeos.

Fuente: Clarín

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