domingo, 27 de septiembre de 2009

Las fantasías del circo y el mejor teatro negro

El grupo Kukla, en una propuesta integradora

Por Ruth Mehl

Circo Focus Bokus, por el grupo Kukla. Intérpretes: Lorena de la Fuente, Nicolás Gospodinov, Karina Gozzi, Mariana Jocholán y Manuel de la Serna. Escenografía y títeres: Giselle Bosio, Leandro Lucanera y Emmanuel Nievas. Vestuario: Sara Graziana Trama de Bologna y Alejandro Bologna. Voces en off: Fabio Aste y Antoaneta Madjarova. Diseño de luces y efectos especiales, idea, puesta en escena y dirección: Antoaneta Madjarova. En el Centro Cultural de la Cooperación, Sala Solidaridad, Corrientes 1543, los sábados y domingos a las 16.30.
Nuestra opinión: muy buena

Totalmente realizado en teatro negro, este nuevo espectáculo de la compañía Kukla que lidera Antoaneta Madjarova, aprovecha muy bien la posibilidad de efectos con rayos láser, para dar una impresión de fantasía, irrealidad y juego. También las luces y la música, que funciona como una pista sonora que va dando los distintos climas, cumplen su función con eficacia.

Los actores y los titiriteros se desempeñan con precisión y oficio, ejerciendo una impecable manipulación para interpretar las distintas actuaciones de destreza del circo, en una composición juguetona, de payasos, que logra siempre la complicidad, y la risa de los niños.

La historia básica muestra que cinco actores, que ingresan por la sala, encuentran en el escenario el portal de un circo. Entran y, cuando quieren salir, se descubren nuevamente en el escenario y con un público. Se dan cuenta de que deben hacer algo, así que empiezan a trabajar. De esa manera, van surgiendo las demostraciones de los malabaristas y contorsionistas que hacen increíbles pruebas, domadores (un poco temerosos del león que no resulta tan feroz), monos equilibristas, magos, en una sucesión sin pausa, con ajustado ritmo.

Interacción

Es interesante ver cómo, a pesar del distanciamiento que a veces suele generar el teatro negro, aquí los chicos del público se comunican y aceptan las convenciones, se divierten y dan consejos a los intérpretes, sean títeres o actores.

Por otra parte, la música no se disfruta tanto. Evidentemente, es eficaz en su función de guiar los movimientos y dar pautas para los cambios, pero resulta algo áspera y, por momentos, muy fuerte, y pasa a un plano que interfiere la atención.

El espectáculo, en su totalidad, muestra un rico colorido en vestuario y con las luces y el láser, y resulta un ameno entretenimiento, impecable en su realización, para los pequeños espectadores y sus acompañantes adultos.

Fuente: La Nación

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