viernes, 11 de septiembre de 2009

Sube al escenario de El Núcleo la obra Sudario Negro

El grupo Siniestro teatro estrena su obra Sudario Negro, hoy a las 22, en el Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420 entre 40 y 41).

El director Eduardo Campo venía trabajando con textos de otros autores para sus creaciones y, en esta oportunidad decidió “probar” con una producción propia.

“Hace un año que estamos trabajando en este unipersonal, con pautas de improvisación y con cosas que tenía en mi cabeza, como la idea del agua, del viento, del aire y eso fue derivando en el proceso final”, contó el dramaturgo sobre los comienzos de esta nueva obra.

La actriz Patricia Andrea Tilbe interpreta a una mujer que habla, en cierta manera, “con su conciencia, con ella misma y con lo que le sucede con la sociedad”. La época del relato no está exactamente delimitada, pero se tomó como punto de partida los años ‘50 y la historia gira en torno a una sociedad que juzga a esta mujer. ¿Por qué la juzgan? “Ella es casada y tiene un amante joven, nunca se dice eso textualmente en la obra, pero está implícito. A ella la juzgan desde ese punto: desde el hecho de ser fiel a lo que desea, a lo que siente y necesita”, explicó Eduardo Campo.

El texto en el que se basa Sudario negro, “es muy poético y un tanto complejo”, según el autor, y la pequeña reseña de la obra (ver aparte) es la “columna vertebral de la historia”. La mujer se siente siempre “bastardeada, acusada, golpeada desde lo moral. Por eso todo el tiempo la miden, la juzgan. E incluso el texto dice que ‘estuvo’, y eso no hace alusión a lugar físico, sino a un lugar mental, un lugar en el que vuelve a vivir ciertas cosas”, analiza el director, y agrega datos sobre el personaje: “Ella quiere salir de ese estado y quedarse en el estado del sentir. Por más que sufra y la pase mal o que la bastardeen, ella elige seguir en este estado que adhiere al sentido, al ser fiel a ella misma, a lo que pasa a ella misma”.

–¿Qué quiere transmitir con el nombre Sudario negro?

–Yo tengo la imagen como si el personaje tuviera una capa, una gran capucha negra, que para que ella es como una especie de protección. El sudario viene del sudario de Cristo. Y el negro es el color del que se fue tiñendo con lo que le fue pasando. Ella se protege para que no al sigan maltratando, protege sus secretos, sus recuerdos, lo que no puede decir. Porque encima que ya es acusada, la tratarían peor si revela algunas cosas, entonces ella se cubre con ese sudario.

–¿Cuál es el atractivo de este unipersonal?

–Lo atractivo es eso, ver a una sola persona que sostenga ciertas cosas. Se la tiene que bancar sola arriba del escenario, si bien tiene apoyo musical y escenográfico, no tiene el pie de otro personaje. Todas esas preguntas que otro le podría decir, tiene que hacérselas sola, por eso lo de la cabeza que habla, como si ella hablara con su conciencia. Me pareció más rico que ella misma lo diga.

–¿El personaje se analiza?

–Sí, se cuestiona también. Se piensa, se analiza, todo el tiempo está jugando con esa dualidad de decir: me quedo con el sentir o soy lo que la sociedad quiere que sea.
Eduardo Campo dejó en claro lo que quiere transmitirle al público: “No hay una historia lineal, hay muchas cosas entre medio que tienen que ver con los sentidos, que tal vez no se llegue a entender la historia completa, pero algo se puedan apropiar y pensar. Es importante que piensen, les propongo que piensen”.

Fuente: Diagonales

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