jueves, 21 de enero de 2010

II Encuentro de teatro latinoamericano en SS de Jujuy - 2009

La Tupac: con alma y vida

¿Cómo entra la Tupac en todo esto?

Germán Romano- La Milagro. Fue muy mágico. Yo, como artista independiente, siempre tuve una profunda admiración por la figura de Milagro. Como sabíamos, con los jujeños instalados acá, yo soy socialista, zurdito, socialista politizado, digamos. Miraba con mucha curiosidad la figura de Milagro. Yo vivo acá a dos cuadras (de la sede de la Central Tupac en SS de Jujuy) y veía la construcción que iba muy rápido, las piletas, y todo el laburo que hizo la Tupac. Pero nunca hubo un acercamiento de nuestro grupo hacia la Tupac, si bien mucha gente de la Tupac nos conoce, porque hacemos teatro por todos lados.

De hecho cuando entramos acá a trabajar, hay muchísima gente que ya conoce nuestro grupo de teatro. Y bueno, nosotros hicimos un pedido al Instituto Nacional del Teatro, a la provincia, a la municipalidad, con lo que significa pedirles a todas las corrientes políticas y que aparezcan todas juntas. Y a la Tupac, a la CTA le habíamos pedido alimentos para nuestro primer festival. Bueno. Pero resulta que la Secretaría de Cultura de la Nación nos falla un mes antes, que nosotros teníamos pensado alquilar el hogar escuela, entonces tuvimos que salir corriendo a buscar un lugar más barato y conseguimos el Ejército, para alojar a la gente. No estaba bueno alojar un grupo de teatro en el Ejército. No pegaba. Pero era lo que había, teníamos que atender a la gente. Y cuatro días antes que comience el festival teníamos todo organizado, íbamos a cocinar, atender a la gente, a limpiar todo, todo organizado. Y un sábado a la mañana me llama a mí teléfono Milagro Sala. Es una figura política muy importante. Que llame a un director de un teatro independiente, la señora Milagro Sala. Bueno. Me dice: “te estoy llamando, compañero, necesito hablar con vos por esto del Festival de Teatro. Venite a la sede que estoy acá”.

Y por esas cosas de la tecnología, escuché el mensaje a las diez y vine corriendo. Me senté, pasa Milagro, me mira y me dice “¿Vos sos Romano? ¿Del encuentro de Teatro? Aguantá que estoy con la gente de Página 12, les tengo que mostrar todo esto. Aguantame un rato”. Con su energía. Y esperé una hora y media. Yo era la primera vez que estaba dentro de la sede viendo el movimiento. Iba Milagro y venía y estaba toda la gente trabajando. ¿Cómo uno ignora que tan cerca de uno hay toda esta movilización? Que está tan cerca, que crea que está tan lejos, a pesar de que ideológicamente estaba cerca.

Bueno, me sienta Milagro y me dice “mirá Germán, te felicito por este trabajo que estás haciendo, por los compañeros que están viniendo de todas partes. Lo único que te voy a pedir es que colabores con lo de los Reyes Magos, que lleves teatro, porque hay que sacar a los chicos de la droga, hay que ofrecerles algo, cultura y yo sé que ustedes les van a dar una mano. Es lo único que te pido.

Y luego:

¿Pero qué necesitás?”, así, con mucha energía, puntual. Entonces, yo con mucha humildad, agarro la carpetita y le digo que necesitamos una bolsa de cebolla, una de papa, veinte pimientos. Veía que más abajo había diez cabecitas de ajo y me daba vergüenza andar pidiendo, porque pensaba que era mucho. Y me mira así, y me dice “no, vos no entendés, yo te voy a dar la comida de todo el festival”. ¡Ah bueno! Dije. No lo podía creer. Porque nosotros teníamos que cocinar y cómo podíamos dedicarnos al hecho artístico. “¿dónde te llevo la comida?”, me pregunta. Y le digo que estábamos en el Ejército.

Entonces Milagro, que estaba con alguna gente, me dice que van a estar incómodos que estén en el Ejército los artistas. “vénganse acá enfrente”. Tres días faltaban para el festival. Tres días. Me cambió toda la cabeza. Y fue un éxito gracias a la Tupac Amaru. Eso fue el año pasado. Y fue un amor incondicional con la Milagro. Fue el primer encuentro. En tres días llamé a todos los organizadores y les conté que la gente de la Tupac nos quería dar esta mano y nos hicimos todos tupaqueros.

Lo que quiero destacar es que, a diferencia de lo que se comenta por ahí, que se creen que porque la Tupac te ayuda, te cambia el festival o te van a pedir cosas. Lo mejor que nos puede pasar al artista es el trueque. Me das algo que podés y yo te doy algo que tengo. Y de esa manera nos salvó el festival. No limpiábamos, no cocinábamos, estábamos en el centro, con la pileta, con la enfermería enfrente. Nos pudimos dedicar a un festival de calidad artística, que nos permitió catapultarnos a este segundo. La Milagro nos volvió a dar apoyo.

-¿Y este cómo viene ahora?

Este es un éxito. Anoche metimos casi mil personas en la Estación.

-Cómo reaccionan las personas frente a la concentración que implica, por ahí para una persona que está acostumbrada a la imagen en una pantalla, implica un grado de concentración distinta en la gestualidad…

Esa es la gran pelea del teatro popular, por eso nos vamos de las salas. Hay un montón de gente que quiere vivir esa cercanía, romper lo de los medios y la individualidad que te genera eso, para tener un hecho cercano. Entonces, metíamos mil personas. Y ayer, se nos desbordó y tuvimos que buscar sillas. Y la gente, con un respeto, viendo las obras de Colombia, de Brasil. Hicimos un trabajo de hormiga, la Pachamama Pop, con la que inauguramos el festival, con el Equeco música, que hizo música latinoamericana con muchas proyecciones. Una muestra que se llama 30 x 1 y terminó siendo 44 plásticos de nuestra provincia que hicieron la bandera wipala con cuadros, con tonalidades que le van dando en una muestra que está uno al lado del otro los cuadros.

Entonces es un quilombo. Y es una inversión muy grande. Y estos 150 artistas son también 150 turistas, que se van impactados por la organización, el festival, el público y el rédito que saca la organización, es que ven este movimiento. Aparte, quieren conocer a Milagro, se creen que está como accesible. No porque no sea accesible, si no porque está ocupada. Entonces están pendientes de cuándo aparece, porque la quieren ver, porque no pueden creer lo que es la organización y cómo nos ayudan a nosotros.

En ese sentido Milagro –es lo que yo creo- tiene esa percepción de dirigente de masas, de una elegida. Va cerrando círculos en la medida que se producen. Incorpora lo que cree ayuda a un objetivo mayor. Y sigue, ya no tiene tiempo. A nosotros nos cambió la vida pero sabemos que hacemos lo nuestro, como lo hace una docente, una compañera de base con su Copa de Leche o un compañero levantando una pared. Es el conjunto, la unidad del todo lo que hace grande a un movimiento. Y Milagro y la Tupac van –vamos- para ese lado.

Fuente: redaccionpopular

No hay comentarios: