sábado, 27 de febrero de 2010

Historias calientes del gran debut

CULTURA › LA VERSION ARGENTINA DE MI PRIMERA VEZ LE PONE EL CUERPO AL SEXO INICIATICO

María Fernanda Callejón, Alejandro Paker, Tomás de Las Heras y Vanesa Strauch son los actores que, bajo la dirección de Fabio “Mosquito” Sancineto, encarnarán las narraciones de anónimos bloggers acerca de sus inicios sexuales.

Por Alina Mazzaferro

La sociedad occidental está acostumbrada a subrayar las “primeras veces”, habitualmente con rituales iniciáticos que marcan el pasaje de un estado a otro. El primer diente, el primer amor, los primeros quince años... La lista es sumamente extensa, pero en el top ten de la primera vez sin duda se encuentra un evento tan esperado como memorable: la primera relación sexual. Hace tres años, el director y productor teatral norteamericano Ken Davenport tuvo una idea: armar una obra compuesta por relatos verdaderos acerca de las primeras experiencias sexuales. Para ello, se propuso armar un blog para que personas de todo el mundo contaran sus historias y así compilar ideas. La sorpresa fue que una página web de ese tipo ya existía y funcionaba con éxito: desde 1998 y mucho antes del fenómeno de los blogs, este sitio había anidado más de 40.000 narraciones anónimas. Asociado con los creadores de esa página web, Davenport se ocupó de seleccionar los relatos y convertir la palabra de su futura audiencia en dramaturgia. Así nació Mi primera vez, una obra de monólogos que recientemente bajó de cartel en el off-Broadway neoyorquino, y que ya va por su segunda temporada en Chile y Madrid. A partir de esta semana puede verse en Buenos Aires, los viernes y sábados a las 23.30, en El Cubo (Zelaya 3053).

Lo curioso de la versión argentina es que la producción local ha seleccionado a alguien que no está acostumbrado a dirigir obras importadas –ni tampoco de dramaturgos argentinos–, sino que desde hace veinte años se dedica a la improvisación: Fabio “Mosquito” Sancineto, la cabeza del famoso Match de improvisación y referente por excelencia del género. “Me convocaron para este espectáculo pues se trata de un conjunto de monólogos en los que el juego escénico es permanente, por lo que tuve que entrenar a los actores con la técnica de la improvisación”, cuenta él. “Cumplí veintiún años con la improvisación, la mayoría de edad: es hora de empezar a hacer otras cosas y éste es el comienzo. Esto me trae mucha ansiedad, pero estoy seguro de que el resultado será bueno. Trabajé con excelentes profesionales que inmediatamente aceptaron la categoría de juego para construir este espectáculo, al que transformamos completamente respecto de la obra original.” Los actores a los que Sancineto hace referencia son cuatro, de distinta estirpe: María Fernanda Callejón (que en su extensa carrera combinó desnudos para Playboy, baile por TV y monólogos teatrales), Alejandro Paker (excelente intérprete de musicales, protagonista de Cabaret y Pepino el 88), Tomás de Las Heras (una cara bonita televisiva que protagonizó tiras juveniles) y Vanesa Strauch (que trabajó junto a Sancineto en espectáculos de improvisación).

Este combo actoral heterogéneo dará vida a la adaptación que Federico González del Pino y Fernando Masllorens hicieron del texto original, entregando una versión local “más hot, caliente y atrevida, con un sello bien latino”, como aseguran sus protagonistas. En primer lugar porque han abierto un blog (http://miprimeravezlaobra.blogspot.com) para que los argentinos cuenten sus anécdotas y enriquezcan bimestralmente la versión nacional. Pero además porque a diferencia del original norteamericano, en el que dos hombres y dos mujeres vomitan sus monólogos a modo de stand up, los argentinos se animan a poner el cuerpo. Habrá representaciones de las historias que se narran y también –otra provocación publicitaria, teniendo en cuenta que participan Callejón y De Las Heras– habrá desnudos totales. Además de una variedad de primeras veces que no se encontraba en la obra de Davenport: historias de militantes de los ’70, experiencias de personas con capacidades diferentes, llamadas hot al 2020 “desde tu celular”, sexo ciberespacial, escenas swingers. “Cuando uno piensa en la primera vez enseguida aparece la imagen cliché del padre que lleva a su hijo con la prostituta o del debut entre amigos. Pero cuando empezamos a ver el abanico de historias descubrimos la diversidad de maneras en que efectivamente la gente tiene la primera vez. Nos dimos cuenta de lo importante que es el sexo para las personas y cómo éste te marca. Uno piensa en la primera vez como algo banal o frívolo, pero significa mucho más que eso”, anticipa Callejón.

–En la obra original norteamericana se narra una experiencia de violación y en el blog que ustedes armaron para la obra hay también un caso de ese tipo. ¿Tocarán entonces temas fuertes como éste?

Fabio “Mosquito” Sancineto: –Por ahora no hay una historia de violación, pero seguramente alguna estará en la obra si aparece en el blog. De todas formas, quisimos que en este primer muestrario de primeras veces aparecieran formas poco convencionales y no siempre cómicas de tener un primer encuentro sexual.

Vanesa Strauch: –Hay una decisión tomada, que es la de no victimizar al narrador. No hay un relato de violación porque decidimos narrar las historias sin juicio de valor y sin poner a los protagonistas en el papel de víctimas. Hay experiencias tristes o traumáticas, pero sin víctimas.

–¿Se cuela en algún momento el debate acerca de la educación sexual que protagonizan el Estado y las instituciones religiosas?

Alejandro Paker: –Represento varios personajes obsesionados con la espiritualidad, cristiana o evangelista, que están en contra de la sexualidad porque consideran que el sexo es sólo para procrear. La idea es desdramatizar la cuestión; en mi caso, me río de mi mismo, de mis propias creencias de cuando era más joven, porque fui casi un novicio (risas y sorpresa de todos). Claro que sólo nos reímos a un nivel superficial, no de la creencia o de la fe.

–¿Entonces los ayudó recurrir a las propias experiencias para contar las de otros?

A. P.: –Recurrí a recuerdos, sensaciones, incluso a las autocríticas que circulaban dentro del noviciado. Hay un registro sensorial, de olores y sonidos de esa primera vez que se hace presente al recordar. Esa canción que sonaba de fondo, cada vez que la escuchás, te remite a ese momento. Todos usamos la información que teníamos, consciente o inconscientemente, para reconstruir la experiencia ajena.

–Algo que muchos se deben estar preguntando es si ustedes cuentan sus propias primeras veces...

V. S.: –Lo hicimos a modo de entrenamiento, pero las que aparecen en la obra no son nuestras experiencias, aunque nos sentimos identificados con muchas de ellas. Eso significa que el público también va a sentirse identificado.

F. M. S.: –¡Además se irá a casa con nuevas ideas y alternativas para seguir explorando!

Fuente: Página 12

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