sábado, 23 de octubre de 2010

Fiesta clásica

Jaime Roos

23-10-2010 / El talentoso Jaime Roos llega a La Plata con banda completa (12 músicos) para compartir su Clásico, un show en el que repasa sus canciones más exitosas en 34 años de carrera discográfica. Toda una invitación al baile y a la reflexión.

Hay artistas cuyos nombres y apellidos sobrepasan esos límites que ponen las fronteras geográficas, que las exceden para transformarse en iconos de toda una cultura, en este caso y teniendo en cuenta de que se habla de Jaime Roos, su figura ilumina toda la música rioplatense. Hace menos de un año, en diciembre de 2009, el músico uruguayo llegó hasta el Teatro del Lago Anfiteatro Martín Fierro para presentar su espectáculo Hermano te estoy hablando. A ese mismo escenario regresa esta noche (a las 21) pero para mostrar Clásico, su último trabajo discográfico en el que canta "las canciones que sabemos todos". En la previa de espectáculo repasó con Plaza de Ideas los aspectos más salientes del mismo; su relación con La Plata; su paso por la fiesta del Bicentenario; la posibilidad de cambiar el mundo con una canción y recordó a su amigo José Carbajal "El Sabalero", fallecido el último jueves.

Acerca del show

Vuelvo a La Plata con un show completamente diferente al del año pasado, que se llamó Hermano te estoy hablando, un show reflexivo, hecho con un cuarteto en base a un repertorio de canciones poco conocidas por la gente pero muy importante para mí dentro de lo que han sido mis álbumes. En esta ocasión el show será opuesto al anterior ya que haré prácticamente todas las canciones que han tenido éxito de las que he escrito. El show se llama Clásico al igual que el disco que salió por el sello Sony y reúne los temas más exitosos de 34 años de discografía que tengo encima. Voy con la banda completa, somos 12 y es un show que tiene mucha fuerza, y el repertorio es el famoso: 'las canciones que sabemos todos'. La gente me lo ha pedido mucho luego de estar casi un año y medio con el show anterior. No hay ninguna canción que se repita de un show al otro, ni una sola. En este hacemos 20 o más temas pero que no tienen nada que ver con el anterior. Es un show festivo y también reflexivo, porque parte de lo que yo he querido hacer con las canciones que tienen un ritmo poderoso de candombe y de murga es que no sean frívolas sino que se pueda bailar y pensar al mismo tiempo. En definitiva ya tenemos hechos 9 conciertos en esta gira por Argentina, venimos de Comodoro Rivadavia y de dos shows en Buenos Aires, y la gente lo ha disfrutado mucho y lo ha bailado mucho también.

La ciudad de La Plata

Para mí volver a La Plata es siempre motivo de alegría, fue el primer lugar fuera de Buenos Aires donde toqué en Argentina, y ya perdí la cuentas las veces que fui y por si fuera poco me encanta tocar en ese auditorio. Es más, fui yo el que lo pidió el año pasado al productor Juancho Pasari para hacer el show ahí y este año se repite. Es un lugar que tiene una acústica buenísima y además es muy bello.
Baile y reflexión

Generalmente a lo largo de todas las épocas, la música bailable en general fue considerada de segunda categoría, con letras poco profundas, que eran simplemente una excusa para que la gente se divirtiera, la famosa "fiesta latina". Esto pasó en todas las épocas, y en todas las épocas hubo canciones bailables -las menos por supuesto-, que tuvieron letras particularmente profundas. Puedo poner como un ejemplo a la mitad del repertorio de Chico Buarque o las canciones de Rubén Blades, los dos artistas que más admiro en América Latina. Hacen mover el esqueleto a cualquiera y sin embargo la letra que está aconteciendo al mismo tiempo dice muchísimo. Y con mis canciones desde el vamos pretendí hacer eso, yo no hago letras frívolas, todas tienen su sentido: pueden ser feas o pueden ser lindas pero siempre de la dirección que comentaba.

La fiesta del Bicentenario

Ante todo fue un honor haber sido convocado en ese segmento del show junto a Pablo Milanés, Gilberto Gil y Rubén Blades, mientras que (León) Gieco era el anfitrión y yo era el quinto artista de esa barba. Rubencito, como le decimos los amigos, desgraciadamente no pudo venir por agenda y al final quedamos: Pablo, Gilberto Gil, Gieco y yo. Fue el concierto en el que toqué para la mayor cantidad de gente en mi vida entera. Se calculan que eran entre 500 y 600 mil personas las que estaban viendo el show en ese momento. Yo no podía creer lo que veían mis ojos. Toqué en el 2002 en la inauguración del Mundial de Corea, en un concierto que se hizo fuera del estadio de Seúl representando a las Américas y había 250 mil personas. Y me parecía algo inimaginable, ahora lo que vi en la 9 de Julio fue realmente ciencia ficción. Y por otro lado, el calor de la gente y el hecho de estar en el aniversario del bicentenario de la Revolución de Mayo, que no fue solamente la revolución argentina sino que fue el puntapié inicial para todas las revoluciones latinoamericanas. Cualquiera se puede imaginar que ser invitado para ese concierto fue un enorme honor.

La pérdida de El Sabalero

Con su fallecimiento la música rioplatense pierde muchísimo. Es uno de los grandes artistas de la música popular que dio el Río de La Plata. Un tigre arriba del escenario, una persona entrañable, de una gran solidaridad y bondad. En el caso mío era un amigo íntimo, con quien hicimos muchas aventuras. Tuvimos muchas en Holanda, en Francia, Argentina, Uruguay, vivimos juntos en el exilio. Varias de sus canciones son clásicos de nuestra canción popular. Para el concierto de esta noche voy a interpretar una canción de él, la que era mi favorita, no fue su más conocida pero sí era la que más me gustaba y es "Pal abrojal".

La política

Yo no hablo de política, no lo hice antes con ningún presidente ni lo voy a hacer ahora. Lo único que puedo decir como comentario completamente resumido es que el Pepe Mujica nos ha sorprendido a todos muy, pero muy gratamente. Es mucho más, mucho mejor de lo que mucha gente pensó uno o dos años atrás. Y además está secundado por ese gran economista y persona que es Danilo Astori.

Los sueños en los comienzos

No sólo cumplí alguno de mis sueños sino que cumplí sueños que nunca imaginé que iba a tener. Nunca pensé que yo iba a ser popular, mi sueño era poder hacer buena música y yo no soy quien para decirlo, pero hay mucha gente que me ha dicho que considera que le gusta lo que hago. Y la popularidad me cayó encima sin que yo la buscara, siempre pensé que iba a ser un artista para un sector reducido del público, que la gente no iba a aceptar mi vos ya que yo no soy un cantante de esos que se pueden decir cantantes, soy un cantor que interpreta las canciones que escribe. La vida artística me ha dado muchísimo más de lo que yo jamás soñé. Lo único que quería era escribir canciones, grabarlas y que quedaran ahí, y con la soberbia juvenil de que fuera buenas, nada más.

"You say you want a revolution"

Una canción nunca transformó nada pero hubo movimientos musicales que sí lo hicieron por acumulación de granitos de arena, y que lograron muchas cosas importantes en el aspecto sociológico. Los Beatles y todo lo que ellos detonaron en el movimiento musical de fines de los '60 y principios de los '70, hicieron posible que la gente hoy se ponga un arito en su oreja; que se deje el pelo como quiera; que se tatúe; que halla menos discriminaciones a nivel sexual; que los derechos de la mujer se hayan realzado; que aparecieran los partidos verdes; la ecología, si no hubiera existido toda aquella movida de los años '60 muchas de estas cosas todavía estarían en pañales. Creo que los Beatles fueron agentes revolucionarios. Pero no una canción en sí. Una canción en sí es por supuesto un granito de arena puesto que si uno le canta a determinada cosa y esa cosa pega profundo en la gente, es un granito de arena para que la gente se sensibilice hacia eso, pero cambiar en realidad no lo creo. Eso pasa por la economía, por la política, pasa por situaciones internacionales, hay muchas otras cosas en juego.

La vida sin música

No me la imagino por el sencillo motivo que tengo recuerdos a los dos años de estar cantando o ponerme a llorar por escuchar una música, y fue lo más importante que tuve en la infancia antes de empezar incluso a aprender un instrumento. Yo no podía vivir sin música y yo como niño no jugaba con la música, yo la escuchaba con cara seria.

Flavio Mogetta

Fuente:http://www.elargentino.com/nota-111425-medios-122-Fiesta-clasica.html

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